domingo, 21 de noviembre de 2010

HALLAZGO EN LA CATEDRAL - 1997


LA VALIJA halló un artículo del diario La Nación, fechado en 1997, referido al hallazgo de una capilla desconocida en la Catedral de Bs As y pese a su antigüedad, le pareció interesante.

En 1994, se realizaron trabajos de refacción en la Iglesia Mayor de la Argentina, que incluía la recuperación del Retablo Mayor. Al efectuar el corrimiento de los tres Retablos principales, el Mayor, el de Nuestra Sra de los Dolores y el de San Pedro- había restaurar el muro- se descubrió con sorpresa que el Retablo Mayor, había sido proyectado en 1774 para ser rodeable y no pegado al muro testero. Al retirarlo, se encontró en el muro una pared que lo tapiaba y detrás de ella una gran Capilla - que ha quedado en la actualidad tal como fue proyectada-. Esta Capilla, no es otra cosa que la "original Catedral Colonial" que contrastaba con el estilo renancentista que impera en el resto del templo, desde 1889, cuando Francisco Parisi le imprimió el estilo renancentista italiano.

La estrucutra del arco y las dos pilastras triangulares que la sostenían hasta ese entonces, oculto por el muro testero, es "exactamente igual a la que presenta la Capilla de Belén en el Barrio de San Telmo, construída en 1754, por el arquitecto saboyano Antonio Masella, que llevó también el proyecto de la Catedral.

Con el corrimiento del retablo Mayor, no solo apareció el diseño original de la catedral, sino que después de 138 años volvió a ver la luz la contrafachada del mencionado Retablo; en ella puede observarse la alegoría de la Inmaculada Concepción y la de la Virgen de Nuestra Señora de Buenos Aires.

Al comenzar en 1994 las refacciones, el  hurgar en las fuentes de la época - planos y documentos del Siglo XVIII que supuestamente brindarían los datos más confiables- acabó siendo una tarea que despistó más que ayudó.

En el Siglo XVII, cuando apenas comenzaba a alzarse la Iglesia, se enviaron los planos para ser aprobados en España. En tanto se esperaba una respuesta, los construcores de entonces decidieron que la marcha de la obra tomara otros rumbos, pero nadie se preocupó en modificar los planos. La Iglesia fue diferente a lo previsto; los documentos, en cambio, permanecieron inalterables, fieles a sí mismo.

Cuando visiten ahora la Catedral, quienes hayan leído ésto, observen con atención


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