miércoles, 1 de diciembre de 2010

HISTORIA DE DELFINES. . . .


Esta entrada ha sido extraída de la novela "Océano" de Alberto Vázquez Figueroa, el ameno escritor canario.

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A media tarde se cruzaron con una bandada de delfines que iban aprisa, y que ni siquiera se entretuvieron en juguetear, hacer carreras o rascarse el lomo con la proa, pese a que les silbaron y Asdrúbal sabía atraerlos como perros amaestrados. Buscaban tierra y llegar a los ricos caladeros de Tarfaya, allí donde podrían llenarse las tripas de sardinas y caballas.

¿Cuándo dormían los delfines?. . .Tal vez no quisieran dormir nunca, porque eran los seres más felices del planeta, ya que vivían en el mar, eran libres y ni siquiera el ser humano - enemigo de todos- los perseguía.

¿ Porqué amaba el hombre a los delfines?. . . Porque son la mejor compañía que tenemos en el mar. . .Son simpáticos, nunca hacen daño e incluso protegen al naúfrago de los ataques de los tiburones golpeándolos con el morro y alejándolos. . El pescador que mate a un delfín sabe que se quemará en los infiernos para siempre. . . .

Una vez me contaron una historia de delfines. . Hay muchas, muchísimas historias de delfines y debes creerlas todas por que todas son ciertas. . O deberían serlo, pero ésta es especialemente hermosa, especialmente auténtica. . . .

Cuentan que a finales del siglo pasado hubo un delfín que se acostumbró a salir al encuentro de los barcos que cruzaban el peligrosísimo Mar del Coral, al norte de Australia, y que navegando por ante la proa, fue señalando los lugares donde el agua era profunda y no existían arrecifes. . . Tan fiel era y tan bien cumplía su cometido, que jamás perdió un solo barco. Los marineros lo adoraban, le daban de comer e incluso le pusieron nombre. . . Pero un día, dos pasajeros borrachos le dispararon desde un pailebote (1) cuando la tripulación estaba distraída. El delfín se hundió en el mar, seguido por una estela de sangre y el Capitán tuvo que imponer toda su autoridad para impedir que sus hombres tiraran al agua a los agresores. . . Todos los puerto del mundo lloraron por el delfín, se cantaron misas e incluso en Sidney, se levantó un monumento a su memoria. Pero, cuando ya todos le creían muerto, regresó y continuó con su tarea de pasar barcos por el Marde Coral, hasta que un día volvió el pailebote desde el que le habían disparado. . El delfín se colocó ante él como hacía siempre, pero en esta ocasión lo condujo hasta un arrecife de coral contra el que se rajó, por lo que se hundió rápidamente. . . .Aquella fue su venganza, porque luego continuó pasando barcos felizmente hasta que murió de viejo.

"Cuando las gentes del mar gobiernen también en tierra habrá paz, y en las plazas públicas, en lugar de monumentos a generales que provocaron guerras, se levantarán fuentes con delfines. . . "

( 1) Goleta pequeña, fina y muy baja, sin gavias - velas-.

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