domingo, 26 de diciembre de 2010

LA CRUZ DEL VALLE DE LOS CAÍDOS


Quienes han visitado España, han visitado tambien el Valle de los Caídos, una obra monumental excavada en la roca, construída a partir de 1950, como monumento conmemorativo de los caídos en la cruenta Guerra Civil Española. Hace un tiempo y a raíz del replanteamiento que la sociedad española en general, está realizando sobre esta Guerra y la posterior tiranía impuesta al país por Francisco Franco - descubrimiento de documentación sobre los excesos cometidos sobre las libertades ciudadanos, las cruentas ejecuciones sin juicio previo de quienes no compartían los ideales franquistas y el hallazgo de tumbas colectivas de víctimas- uno de los temas más discutidos es el mantenimiento del monumento en el cual yacen entre otros los cadáveres de José Antonio de Rivera - ideólogo de la misma. y el Generalísimo Franco, los cuales serían devueltos a sus familiares para ser sepultados en un cementerio común.

Pero el tema que nos ocupa, se refiere a la enorme Cruz que corona el monumento, cuya cimentación comenzara en 1950 y en 1951, la construcción de la misma cruz. Se trabajó a ritmo acelerado, con un número de 2.000 operarios, entre los que se encontraban 80 condenados- presos republicanos de la Guerra Civil, muchos de los cuales acabaron siendo enterrados bajo aquellas piedras- "ellos horadaron el granito, se subieron a andamios inverosímiles, manejaron la dinamita. . . Han jugado día a día, con la muerte. . .Y han triunfado de ella, ya que durante la construcción de la cruz, no se registró ningún accidente"

El arquitecto y responsable de las obras, Diego Méndez, manifestaba "La Cruz fue nuestra pesadilla". La Cruz de hormigón y cemento que pesa más de 200.000 toneladas, con 150 metros de altura desde la base y 46 metros de longitud en sus brazos. . .cuya voladura ha solicitado el Foro de la Memoria de la Comunidad de Madrid y Foro Social de la Sierra de Guadarrama, expresando "De ninguna forma se puede consentir que se siga alzando hacia el cielo ese símbolo de muerte y venganza", argumentan.

Franco, en un gesto de soberbia deseaba presentar una cruz en los alto del risco que trepara a las nubes sin que pareciera enana, vulgar de estilo y proporciones era la pesadilla tanto del Caudillo como de Méndez, quien no se presentó en el concurso para la obra, si no fue designado por el mismísimo Franco. Méndez no era un principiante, y a él se le adjudican las obras de restauración, entre otros edificios, de las residencias del Palacio del Pardo y el Palacio de la Zarzuela.

El proyecto no fue nada fácil. "Pasaron meses y no daba con la solución, hasta que un día de forma inesperada, mientras esperaba que sus hijos se vistieran para ir a misa, absorto, casi iluminado, casi instrumento pasivo, el lápiz en la mano con el que hacía arabescos en un papel, sin darme cuenta, dibujé exactamente la Cruz tal y como está ahora en su materia clavada en la elevación"

Una Cruz en cuya cima puede percibirse una sensible oscliación en sus brazos, sabiamente estudiada, en donde tal y como describen las guías turísticas "pueden cruzarse dos automóviles de turismo, sin siquiera tocarse" En su interior alberga una escalera de caracol y un ascensor que lleva desde la base hasta la altura de los brazos. En su pie los cuatro Evangelistas, obra de Juan de Ávalos, de 19 metros cada uno.

Las obras de la cruz finalizaron en 1958, viéndose cumplido el sueño del Caudillo y cumpliendo sus palabras " Es necesario que las piedras que se levanten tengan la grandeza de los monumentos antiguos, que desafíen el tiempo y el olvido y que constituyan lugar de meditación y reposo en que las generaciones futuras rindan tributo de admiración a los que le legaron una España mejor". . . . las cuales muestran su soberbia, al mejor estilo fascista. . .

Visitada por miles de turistas, la reacción es la siguiente: a) los latinos, lo entienden; b) los anglosajones. . no!!!!!! ya que no le ven rentabilidad alguna y destacan su inutilidad.

En estos días luego de estar cerrado al público, el monumento que se halla a cargo de monjes, fue abierto al público y el último domingo se ofició en la Iglesia la Santa Misa.

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