martes, 28 de diciembre de 2010

LOS DOS ÚLTIMOS NOVICIOS BENEDICTINOS

La Escolanía del Valle de los Caídos


Los dos últimos novicios en la Comunidad Benedictina del Valle, son Luis que tiene 34 años y es Ingeniero en minas. Al recibirse pasó 13 meses en Misiones "empujado también por un espíritu aventurero". Trabajó durante años en su profesión y sacaba tiempo para los grupos de Acción Católica. Llevaba una vida intensa y estresante como la de tantos ; conocí sacerdotes muy buenos, pero no sentía el impulso para ser como ellos. Pero yo buscaba a Dios y Él me buscaba a mí con mucha fuerza. Y me fijé en la vida monástica y pensé "qué bien encaja esto conmigo y esa es la razón por la cual me hice monje" y exactamente lo es desde hace un año y tres meses. Una decisión que no sorprendió casi a nadie. "Fijate que los compañeros del trabajo me llamaban Benedicto, desde que un verano, hablando de las vacaciones, les conté que me iba a la Jornada Mundial de la Juventud"." Y porqué no te haces sacerdote"?, me preguntaban algunos.

Para este novicio, la nueva amenaza que se cierne sobre el Valle no altera para nada su vida de oración y formación. Si cabe, un aliño de emoción cuando el domingo bajó para la Misa en la barrera, desde donde no se dejaba pasar a los fieles. "Fue una experiencia muy bonita", me dice.

Javier es el otro novicio, tiene 19 años y clara su vocación de monje desde los 12 años. De los 10 a los 14 fue alumno de la Escolanía (1) del Valle. "Fueron dos personas a probar las voces a mi colegio de El Espinar y me eligieron. Al principio llamaba a mi padre llorando, pero luego te acostumbras. Venían a verme cuando podían". Tras la 2º de la ESO estudió en las Concepcionistas de Segovia - se escapaba para cantar gregoriano con los monjes- y pasó 3 años en el Seminario Menor de Toledo. "Me gusta el esmero en la liturgia, pero sobre todo el, gregoriano" al que dedica, entre misa y ensayo, 3 horas diarias . Ahora le preparan para ser organista.

Alfredo Maroto, que fue Cura de Parroquia antes que monje, bajó el pasado domingo a la carretera de acceso a Cuelgamuros y ofició allí la misa "porque había 300 personas a las que se le impedía asistir a algo a lo que tenían derecho. El sábado pasó y no queríamos que se repitiera. No fue un acto de rebeldía, sino de conciencia".

Convencido que sin la comunidad religiosa el Valle sería otra cosa, le duele la situación y anuncia que " estamos decididos a preservar hasta el final nuestros derechos, no de los Benedictinos, desprendidos de todo, sino como Iglesia y representantes de millones de católicos. Recuerda que están ante una Basílica Pontificia que guarda la memoria de miles de compatriotas de uno u otro bando y su respeto los vale todo. Es la fuerza de la resistencia.

(1) Coro de niños entre 9 y 14 años que acompañan la Misa

Las últimas tres Entradas de este Blog, han sido extractadas de un artículo aparecido en el diario español ABC, el día 14 de Noviembre de este año, en la sección Hemeroteca.

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