En el año 2001, Argentina vivió una crisis política, que LA VALIJA, creyó merecía ingresar en el libro Guinness de los Récords. . . en el término de 7 días, "tuvimos 5 Presidentes", uno de ellos estuvo en el Gobierno el escaso tiempo de 24 horas. . . .Cuando encontró esta historia. . . se dió cuenta que hay países que nos han ganado!!!!!!!!
Hiroito rigió el Japón durante 63 años. Fidel Castro lleva en el poder- aunque figure su hermano Raúl- más de 50 en Cuba. Salazar gobernó Portugal durante 36. Mubarak llegó a los 30 años en Egipto. A Ben Alí lo echaron después de 24 en Túnez. . . .¿Y Pedro Lascurráin?. Pues 45 MINUTOS. Ese fue el tiempo que duró el ejercicio de la Presidencia de este mexicano, cuyo nombre posiblemente ni aparezca en los Registros Oficiales. Pero allí estaba él el 19 de febrero de 1913, jurando su cargo para abandonarlo en menos de una hora después. Eso sí. . . interrumpió el 1er Gobierno Democrático desde el inicio de la Revolución. Sin embargo, al contrario de lo que pueda parecer, las "medidas ejecutadas" (le dió tiempo a tomar alguna !!!!) resultaron " suficientes para provocar cambios en la Historia Política de México, permitiendo interrumpir el 1er Gobierno Democrático desde la Revolución de 1910 y que se iniciaria la Política intervencionista de EE UU.
Lascuráin ocupó "interinamente" el cargo después de que Francisco Madero fuera obligado a firmar su renuncia como Presidente, sin saber que estaba firmando su sentencia de muerte. Tres días después - y pese a la promesa de los "golpistas" de respetar su vida y facilitar su exilio a Cuba- Madero era asesinado, tal y como le había ocurrido a su hermano, arrestado y tortutrado hasta la muerte 4 días antes.
Todo este movimiento hasta llegar a la breve presidencia de Lascuráin fue iniciado por el Embajador de EE UU, Henry Lane Wilson, que se propuso derrotar a Madero preocupado por los intereses de las empresas de su país sitas en el convulsivo territorio mexicano. Para ello, llegó a un acuerdo con el ex-Presidente Félix Díaz y el militar Manuel Mondragón e inició lo que se conoce como la "sublevación de la Decena Trágica", con una gran inestabilidad política.
Una vez acabada, el fiel escudero del Presidente Madero, el militar Victoriano Huerta, traicionó su lealtad y firmó un Armisticio con Díaz, Wilson y Mondrágón con la condición que le colocaran al frente del Gobierno y éste se lo entregara después a Félix Díaz. Todo un entramado de movimientos en el cual entraba Lascuráin y que no hacía sino constatar la innegable inestabilidad política que sufría México en aquellos años, donde se sucedían los Presidentes a una velocidad de vértigo, a causa de las continuas rebeliones protagonizadas por personajes históricos como "Emiliano Zapata, Pancho Villa o Pascual Orozco"
El 19 de febrero de 1913, destituído Madero, la Constitución de 1857 establecía que " el Ministro de Asuntos Exteriores debía ocupar la Presidencia". Es decir, nuestro protagonista, Pedro Lascuráin.
Todo estaba ya programado para que este abogado y político se conviertiera en el presidente más breve de la Historia. Juró su cargo a las 17:15 horas, siendo su única orden nombrar, como estaba pactado, a Huerta como Secretario de la Gobernación. A las 18:00 renunció y Huerta asumió el cargo.
Como decía una obra de teatro del director mexicano Flavio González Mello, el mandato "duró el primer tiempo de un partido de fútbol, la cola de un Banco en día de quincena, un vuelo de México a Guadalajara". . . . . .
Sin embargo, el "golpe de efecto" de Lascuráin no fue el esperado, pues Huerta no cumplió con lo pactado y, pocos meses después modificó el gabinete y se las apaño para suspender las elecciones que debían llevar a Díaz al poder y lo envió al Japón en misión especial. A su regreso, Huerta aún no había abandonado el poder.
Pero el breve "tejemaneje" de Lascuráin fue sin embargo importante si no bueno. . . Sacó de la presidencia al único Gobierno democrático desde el inicio de la convulsa Revolución Mexicana, permitiendo la intromisión de EE UU en los asuntos de Estado.
"Lo bueno, si breve, dos veces buenos" debió pensar Lascuráin.
LA VALIJA se permite recomendar a quienes aún no lo leyeron, el libro "LAS VENAS ABIERTAS DE AMÉRICA LATINA", el cual explica claramente el proceso imperialista español y estadounidense en América Latina. Tal vez así, nos resulte más fácil entender la historia de muchos países hermanos y la nuestra. . . . .
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