miércoles, 6 de julio de 2011

REFLEXIONES. . . . .


Todos hemos pasado muchos días,
o semanas enteras,
sin recibir ningún gesto de cariño del prójimo


Son momentos difíciles,
cuando el calor humano desaparece,
y la vida se reduce
a un arduo esfuerzo por sobrevivir


En esos momentos en que el fuego ajeno
no le da calor a nuestra alma,
debemos revisar nuestro propio hogar


Debemos  agregarle más leña y 
tratar de iluminar la sala oscura
en la que nuestra vida se transformó 


Cuando escuchemos que nuestro fuego crepita, 
que la madera cruje,
que las brasas brillan
o las historias que las llamas cuentan,
la esperanza nos será devuelta


Si somos capaces de amar,
también seremos capaces de ser amados.
No es más que cuestión de tiempo.


PAULO COELHO 

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