lunes, 6 de abril de 2015

REÍRSE. . . PARA NO LLORAR. . . . .







ALGUNOS CASOS HILARANTES DE "CENSURA LITERARIA" EN LA HISTORIA

1) El Burocratizado Aparato de CENSURA ZARISTA, permitió la entrada de " EL CAPITAL" de KARL MARX, en Rusia con un punto de desdén :¿Quién se va a leer  Semejante Mamotreto ? . . .


2) En la Unión Soviética( qué siguió al Zarismo), ya con un Sistema de Censura, que se declaraba MARXISTA, trabajaba "un Ejército de 70.000 Censores ". Solo ellos, porque los "prohibieron, leyenron : LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ, REBELIÓN EN LA GRANJA, 1984( Orwell fue un Best Seller entre los censores), y toda la Obra de KAFKA, entre otros libros y autores.


3) Cuando la Literatura Stalinista tomó el relevo de los Nazis, en 1948 en CHECOSLOVAQUIA, se prohibieron las Novelas de Suspenso, Amor, Aventuras y toda obra que creara una " engañosa Vía de Escape, aunque fuera Kafkiana. En la puerta de la Biblioteca Municipal de PRAGA , se leía :" Lectores . seguro que aceptan el hecho que No prestamos ya Baratijas ( chabacanerías, obras de suspense, novelas de aventuras ). No las pidan ni pregunten por ellas.



4) Durante la Dictadura Argentina, en Abril de 1976, los Militares quemaron en la Ciudad de CÓRDOBA, EL PRINCIPITO de Antoine de Saint-Exupéry, porque lo consideraban Enemigo del Alma Argentina.



5) También en 1976, los JÉMERES ROJOS colocaron en la entrada de la BIBLIOTECA NACIONAL DE CAMBOYA, una "Divisa sin Alma ": NO HAY LIBROS. EL GOBIERNO DEL PUEBLO HA TRIUNFADO.



6) La BIBLIA en español estuvo "Prohibida entre los Siglos XVI y XIX, en ESPAÑA (¿ Qué es eso de que el Pueblo Llano, interprete por sí mismo la SAGRADA ESCRITURA,sin la mediación del Clero, y además, en su Lengua - gritaban los Obispos del CONCILIO DE TRENTO )



7) Pero "lo que probablemente hace Único a ESPAÑA es que cuenta con un Premio Nóbel de Literatura, que trabajó como CENSOR : CAMILO JOSÉ CELA.



DATOS: DIARIO " EL PAÍS"





2 comentarios:

  1. Tenés razón, es preferible "reírse, para no llorar" al leer estos datos

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  2. Y pensar que estamos en plena campaña PRO-LECTURA . . . . . .

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