martes, 25 de enero de 2011

BODAS REALES FABULOSAS


DIANA Y CARLOS

Cuento de hadas, comunión nacional o - para aquellos políticamente opuestos - una pérdida de dinero. Sea como sea, la Boda Real ocupa una posición única no solo en el imaginero británico..

El Reino Unido es quizás un lugar menos diferente que cuando el Príncipe Carlos y la Princesa Diana se casaron en 1981; un país en el cual la gente prefiere venerar a celebridades efímeras de concursos de TV, que hacer la venia para saludar. El divorcio, el escándalo y las quejas constantes de los Republicanos también podría significar que la Monarquía ya no enciende en todos esa chispa de ensueño como una generación antes. Sin embargo sigue siendo una ocasión única que engloba muchas de las rarezas e idiosincracias de la psique nacional. Incluso un estudio superficial de las Bodas Reales a lo largo de la Historia revelan que ciertas expectativas se tejen en el evento como la costura que une las franjas de la bandera británica.

A pesar de su glamour, los Herederos al trono Británico tienen la costumbre de casarse durante los períodos de dificultades económicas. En 1947, la boda de la entonces Princesa Isabel con el teniente Felipe Mounbatten, tuvo lugar en un contexto de austeridad de la posguerra, el racionamiento y la devaluación monetaria . ¿Servirá la boda para que los británicos puedan evadirse de sus penurias diarias?

Cuando el Príncipe Carlos se casó con Lady Diana Spencer en 1981, el desempleo alcanzaba a 2,5 millones de ingleses y en las ciudades del interior había erupciones de violencia. Sin embargo, ambas celebraciones resultaron muy populares entre el asediado público británico. La ostentación, el romance y la opulencia de las ceremonias ofrecieron una tregua a las dificultades y la incertidumbre.

Servirá la boda de Guillermo y Kate como refugio a quienes están comenzando a sentir los efectos de los cortes impuestos por el Gobierno por la crisis económica?. Peter York, comentarista social y autor, cree que en la actualidad hay un apetito del público por un tipo de "escapismo" parecido al de la época del 80. Sin embargo, sospecha que el Palacio se cuidará mucho de exagerar pues no estaría bien "ostentar cuando los súbditos están pasando por tiempos difíciles"

En los preparativos de la boda, gran parte de la cobertura periodística y la especulación se centrará en el diseño y confección del vestido de novia. El vestido de la princesa Diana hizo historia por lo largo de su cola.

De hecho existe una larga línea de vestidos de boda reales memorables.

Tal vez el más influyente fue el que usó la Reina Victoria en 1840 cuando se casó con el príncipe Alberto. Fue un cambio radical por dos razones. Victoria no fue la 1º novia en llevar un vestido blanco, pero ella consolidó lo que hoy es una tradición establecida en el mundo occidental. Antes de Victoria, las novias vestían varios colores, pero después se usó más el blanco o crema. También optó por un cambio de estilo. En el pasado los vestidos de novia de la realeza tenían con frecuencias apliques de plata y oro en la tela. No estaban al alcance de la población en general. El que Victoria escogió sí lo estaba: podía ser copiado. "Por 1º vez, un miembro de la Familia Real escogió un vestido que cualquier chica podría llevar. No llevaba diamantes en su cabeza, nada más que una simple corona de azahar"

El vestido de Isabel II, se volvió en el objeto de deseo de todas las chicas de la época. Y, mientras el vestido de Victoria expresó su personalidad y estilo, el de la actual Reina fue un reflejo del momento en que tuvo lugar la boda. A pesar de ser diseñado por el destacado modisto Norman Hartnell, la entonces Princesa Isabel tuvo que usar los " cupones de racionamiento" para obtener la tela. Se tornó en el sueño de todas las chicas . . la inspiración para la moda de las bodas de una década

Pero ninguno desde el de la Reina Victoria tuvo un impacto tan grande como el de la Princesa Diana. "La moda romántica era la cosa del momento" señala Marschner

Incluso el republicano más cascarrabias tendrá algo que celebrar este 29 de Abril, pues fue declarado Día de Fiesta y los bares tendrán permiso de permanecer abiertos por más tiempo que de costumbre. Sin embargo, habrá empresarios que se quejen de la pérdida de productividad en tiempos de crisis. Pero las bodas reales, supuestamente, solidifican el afecto por la Familia Real y atraen un público inmenso.

Cuando Victoria se casó en 1840, pudieron participar de la fiesta quienes vivían en Londres y sus alrededores, pero tanta gente acudió que tuvieron que treparse a los árboles del parque St James y con el peso, varias ramas se rompieron y sus ocupantes cayeron sobre la multitud. Para cuando se casó el futuro Rey jorge V, en 1893, viajar en tren era cosa común , de forma que más gente de todo el país pudo acudir a las festividades. The Times registró que solo el Ferrocarril metropolitano transportó 514.624 personas ese día, un récord para la época.

En 1981, la mayoría del país y millones en todo el mundo vieron a la tímida Diana bajarse de su carroza en la Catedral de Saint Paul, donde la esperaba el príncipe Carlos. Ahora que el viaje aéreo y terrestre está al alcance de más personas, es difícil anticipar cuántos y de qué lugares del mundo acudirán a las Avenidas y Parques vecinos a la Catedral de Westminster y el Palacio de Buckingham

Lo que no ha cambiado es "el clima londinense". . .Así que ni la Reina puede prometer que salga el Sol.

2 comentarios:

  1. lo que mas me encanta de las bodas son los vestidos de novia ya que espero casarme algun dia y asi tener una nocion de como lo voy escoger


    saludos

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  2. Entonces y apodés ir esbozando el que queres. . . .

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