El decadente esplendor de los Mayas se desplegó en el escenario de los bosques tropicales del Sur de México y Centroamérica y, como siempre ocurre estaba predestinada a desaparecer. Para seguir la trayectoria de una cultura cuyas raíces preclásicas datan de 3.000 años, comenzaremos con nuevas evidencias que sugieren que la llegada de un caudillo proveniente de México Central trajo consigo una Era de magnificencia y de obras maestras, como la máscara mortuoria del Rey Pakal, de Palenque.
EL HACEDOR DE REYES
Enviado desde TEOTIHUACÁN, en el centro de México la "poderosa ciudad hacia el oeste", el caudillo "NACE EL FUEGO", fundó nuevas dinastías que dieron al mundo maya un esplendor sin paralelo. El forastero llegó cuando la época de sequía comenzaba a endurecer los senderos de la jungla, lo que permitía el paso de los ejércitos.. Flanqueado por sus guerreros se adentro en la ciudad de WAKA, donde los ciudadanos debieron quedarse boquiabiertos, impresionados no solo por la exhibición de fuerza, sino también por los extravagantes tocados de plumas de estos hombres, las jablinas y los escudos refulgentes: insignias remotas reales de una "ciudad imperial.
Las inscripciones antiguas datan como fecha del acontecimiento el 8 de enero de 378 y llegó a Guatemala, a Waka, como enviado de una gran potencia. Durante los siguientes decenios, su nombre figuró en los monumentos de todo el territorio maya y gracias a él, los mayas alcanzaron su máximo esplendor.
Los mayas han sido siempre un enigma. Hace algunos decenios, la majestuosidad de sus ciudades en ruinas y su hermosa pero entonces indescifrables escritura, llevó a muchos historiadores a imaginar una sociedad de sacerdotes y escribanos. Cuando los epigrafistas pudieron al final leer sus jerogíficos mayas, surgió una imagen más oscura de dinastías en guerra, rivalidades de corte y palacios incendiados. Sin embargo quedaban misterios sin resolver, entre ellos "qué impulsó" el salto final de los mayas hacia la grandeza. En la época de NACE EL FUEGO, una ola de cambios sacudió el mundo maya. Lo que había sido un grupo de "Ciudades-Estados" centradas en sí mismas amplió sus nexos con los vecinos y otras culturas y alcanzó las alturas artísiticas que definen el período Maya Clásico. Nuevos indicios, apuntan a NACE EL FUEGO como la figura central de esta transformación, que rehizo la dirigencia política del mundo maya. Combinando la fuerza y la diplomacia, forjó alianzas, instaló nuevas dinastías y amplió la influencia de la remota Ciudad-estado que él representaba, la gran metrópoli de TEOTIHUACÁN, ubicada cerca de la actual ciudad de México.