DÍA DE MUERTOS EN MÉXICO

La Fiesta de Muertos en México, data de la época prehispánica y es una de las más importantes del país, si bien sus caracterísiticas cambian según los Estados y regiones. Pero pese a ello, hay elementos comunes en todas ellas.

La primera vez que ví un Altar de Muertos, fue en el año 2004, cuando viajé para recorrer Yucatán, en el Lobby de un hotel Sheratton. El Altar de Muertos se erige en todas las casas, oficinas, escuelas, dependencias gubernamentales, ya que ese día representa la "reunión" de la población con sus difuntos. Existe otra costumbre además del Altar que es la reunión que las familias ( generalmente las del pueblo bajo) realizan en el Cementerio donde descansan sus deudos.


Dentro de los elementos más importantes para armar el Altar, son las llamadas "flores de muerto", cuyo nombre popular es "cempasúchil". Es una flor de color amarillo tirando a anaranjado, que nosotros conocemos ( en Argentina) como CLAVELES CHINOS.


Otro elemento importante son las guirnaldas realizadas en "papel de china" (es el papel que nuestras maestras jardineras usan en sus clases), de todos los colores y formas.


Estos elementos se adquieren en los mercados populares, desde una semana antes de la fecha y también son de gran importancia las velas, de color amarillo intenso, de todas formas y colores. Estuve sentada en una auto frente a una Velería y realmente me llamó la atención la variedad existente y la cantidad de compras que se realizaron en tan breve tiempo.

Los mexicanos conceden a esta celebración ( para ellos lo es) tanta o más importancia que a la Navidad.

Las flores de muertos pueden comprarse en ramos ( los que son llevados a las tumbas) o en macetas ( se colocan en los altares).

Otra costumbre arraigada es la venta de dulces realizados en mazapán, representando calaveras, esqueletos e incluso diversos órganos del cuerpo, los cuales tienen gran aceptación entre chicos y grandes.
Durante la semana previa, al 2 de noviembre, es dable observar por cualquier camino que uno transite, los carretones llenos de "cempasúchil", rumbo a los mercados de hasta la menor de las poblaciones. . . sin ellos. . NO HAY FIESTA. . . . .