Jacques Piccard
en el submarino Trieste
durante la inmersión de 1960
El 24 de Enero de 1960, hace 50 años, la prensa anunciaba una de las mayores proezas del hombre durante el Siglo XX. El "batiscafo Trieste" de la Marina de EE UU, había descendido a una profundidad de más de 11 km en la Fosa de las Marianas, junto a la Isla de Guam - Océano Pacífico- con lo que había batido todas las marcas de inmersión anteriores
Aquel viaje a las profundidades del Océano, que ningún hombre se había atrevido a realizar jamás, fue protagonizado por el científico y explorador suizo, Jacques Piccard, junto al Teniente de la Marina estadounidense, Don Walsh.
Aunque se dijo que Piccard había descendido hasta los 11.340 metros de profundidad, lo cierto es que unas mediciones hechas en 1995 determinaron que el valor real había sido 10.911 metros - 35.797 pies - una distancia más que suficiente para que el científico suizo fuera considerado "uno de los más grandes exploradores del Siglo XX, un verdadero "Capitán Nemo" que atravesó las profundidades marinas hasta donde ningún hombre había llegado antes, ni después", se explicó en su obituario, el 1º de Noviembre de 1998, con 86 años.
El descenso se realizó en 5 horas y estuvieron en el fondo oceánico, 20 minutos antes de ascender con una ventana fracturada, a causa de la aplastante presión atmosférica, demorándose 3 horas y 15 minutos. Más de ocho horas y media estuvieron ejecutando las maniobras y realizando todas las observaciones precisas.
Piccard y Walsh aún se mantienen como las dos únicas personas que han logrado descender al punto más profundo de la Tierra. Lo hicieron tan solo 6 semanas después de establecer el récord anterior mundial, en 7.200 metros. Eso quiere decir que el 23 de Enero de 1960 pulverizaron sobradamente la marca anterior, descendiendo hacia la sima Challenguer con más de tres kilómetros y medio más.
Al explorador suizo todo le venía en los genes. Jacques solo continuó el trabajo de su padre, Auguste Piccard, el físico amigo de Albert Einstein y Marie Curie que inventó el "globo estratosférico y el batiscafo" en que descendió su hijo, el que ayudó a construir.
El mismo batiscafo fue comprado por la Marina de EE UU al Clan Piccard, con el proósito de " demostrar que EE UU tienen ahora capacidad para la exploración por hombres del lecho marino en sus partes más profundas".
Tras aquella hazaña, Jacques Piccard se dedicó a construir "mesoscafos" - sumergibles de profundidades medias- incluyendo el 1º submarino turístico que llevó hasta 33.000 pasajeros hasta las profundidades del Lago de Ginebra durante la Exhibición Nacional Suiza de 1964.
En 1969, estuvo un mes bajo el agua en uno de sus submarinos y recorrió 3.000 km, analizando la Corriente del Golfo. Todo ello con la misma fe en la tecnología con la que había dirigido la construcción de todos y cada uno de los submarinos que diseñó, probándolos en la 1º inmersión, él mismo, hasta los 82 años.
Más de tres décadas después, el Centro Japonés de Tecnología y Ciencia Marina - JAMSTEC - envió un robot submarino a la Fosa de las Marianas para batir en 12 metros el récord de Piccard y Walsh, pero aquel no iba tripulado.
En 1992, la Universidad Católica de Lovaina le concedió, junto a su hijo, otro gran científico y explorador que ha perpetuado los pasos de la familia, el Doctorado Honoris Causa por "rechazar los límites de los posible, para explorar la Tierra en su fuero interior, uno más allá de las mareas, otro más allá de las nubes"
"No hay duda alguna de que el hombre se encamina hacia la última aventura en los cimientos de la Tierra", dijo Jacques, un año después de su descenso.
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