CHISMES REALES: EL PELIGROSO AMIGO DE ÁNDRES

EL DUQUE DE YORK Y JEFFREY EPSTEIN

ACUSADOS DE PEDERASTÍA

La relación de Andrés con Jeffrey, desata una tormenta de inciertas consecuencias. El escándalo comenzó con una foto en la que el Príncipe Andrés de Inglaterra rodea con la mano la cintura de una sonriente y bella adolescente llamada Virginia Roberts que, en aquel momento tenía 17 años. Bajo el seudónimo de "Jane Doe 102" ( con ese nombre se designa en inglés a las personas desconocidas), Roberts ha acusado de " explotación sexual" a un viejo amigo del Príncipe, el multimmillonario estadounidense Jeffrey Epstein. Según la joven, Epstein la hacía pasar como "masajista", pero en realidad la usaba como su "esclava sexual", de sus amigos y, según su testimonio, de algunos miembros de la realeza. ¿Realeza británica, árabe, europea. . . ? Todo puede ser en el mundo de Epstein, que antes de caer en desgracia, ponía su Jet privado a disposición de celebridades como Bill Clinton, Naomí Campbell, Kevin Spacey y, por supuesto del Duque de York.

A la foto con la adolescente se ha sumado una 2º imagen que muestra al Príncipe paseando con Epstein por Central Park, en Nueva York. El principal problema, en esta ocasión, ha sido la fecha de la imagen: Diciembre del año pasado. Y es que en el 2008, Epstein ya había sido condenado a 18 meses de prisón por "Pedofilia". Andrés se ha visto obligado a disculparse. Ha servido de poco.

Los Tabloides británicos no han tardado en encontrar ramificaciones. Una investigación ha revelado que su ex-esposa, Sarah Ferguson, aceptó unos 25.000 dólares del multimillonario para pagar sus deudas cuantiosas. El pasado lunes, Ferguson pidió perdón y asumió toda la responsabilidad con una ardiente defensa de su ex-marido: "El Príncipe Andrés es un padre de 1º clase, un hombre de 1º clase. Jamás haría algo incorrecto". Sin embargo, tras la declaración, el rotativo "Daily Mail" ha publicado que en 1998, tan solo dos años después del divorcio de los Duques de York, Epstein voló en uno de sus Jets privados para reunirse con Sarah y sus dos hijas, las Princesas Beatriz y Eugenia.¡Las inocentes Princesas en manos del pervertido Mister Epstein!

En este goteo de revelaciones, cada nuevo dato es contemplado bajo la lupa de las " acusaciones de pedofilia". En el 2000, el Príncipe Andrés de nuevo utilizó el Jet de Epstein para trasladarse de Nueva Jersey a Florida. Ese mismo año, el financiero fue uno de los invitados al cumpleaños de Isabel II en el Castillo de Windsor. Seis meses más tarde pasó unos días en Sandringham, la casa que la Reina tiene en Norflok.

Un respetado comentarista conservador, Max Hastings, opina que la amistad de Andrés con Epstein ha sido la gota que ha colmado el vaso y que "todo hubiera sido diferente si de chico le hubieran dado una buena tunda y lo hubieran mandado a un rincón hasta que aprendiera a comportarse"

La Reina Isabel II, quien encarna como pocos "la virtud victoriana", ya ha llamado a su hijo a consultas para, según algunos medios "leerle la cartilla"

De las Casas Reinantes actuales, la Inglesa es la que mayor cantidad de escándalos de todo tipo ha mostrado al mundo. Comenzando por la hermana menor de la Reina, Margarita que se casó con un fotógrafo y del cual se divorció luego de no pocos escándalos, entregándose a la bebida; los problemas del Heredero, Carlos con Camila Parkes Bowles, cuando estaba casado con Diana y después; los dolores de cabeza que Diana, una vez separada le produjo con su vida sobre todo al Príncipe Consorte Felipe de Ediumburgo; algunos escandaletes de su hija Ana, que luego de divorciarse y contraer nuevas nupcias se tranquilizó; los escándalos de Sarah Ferguson, cuando estaba casada con Andrés y luego de separarse (¿recuerdan las fotos desnudas en la Costa Azul con el amante de turno?); las parrandas de Willie y Harry en su plena adolescencia. . . . y ahora Andrés, porque es de suponer que de viaje en viaje en el Jet privado, algunas " francachelas" ha tenido. . . . . ..

El único de los Príncipes que hace honor a su título, es el hijo menor de Isabel, de quien poco se siente hablar.